Raymond Poulidor ha sido uno de los mejores ciclistas de la historia, pero el destino quiso que fuera coetáneo en los años 60 y 70 de dos leyendas de este deporte, como Jacques Anquetil, su principal rival, y Eddie Merckx, ambos pentacampeones del Tour de Francia. Esta desgracia provocó que durante ocho años, el ciclista francés subiera al podio de la ronda gala, pero nunca al escalón más alto.
Sus tres segundos puestos y sus cinco terceros en los campos Elíseos han creado una leyenda alrededor del ciclista, que ha pasado a la historia como “El eterno segundón”. La mala suerte le jugó malas pasadas, y nunca pudo sentir en sus carnes la sensación de llevar el maillot amarillo de líder, tan característico del Tour. En el primer prólogo de la historia de la carrera francesa, tuvo el maillot en sus manos, pero apareció el vasco Errandonea en el último instante para robárselo in extremis.
A pesar de tanta desdicha en la ronda francesa, Poulidor es uno de los deportistas galos más populares, y su palmarés es envidiable, con 189 victorias, 7 de ellas en el Tour de Francia. Pero su mayor logro fue la Vuelta Ciclista a España de 1964, donde se quitó la espinita y subió a lo más alto del podio, donde deben estar los auténticos campeones, dejando por una vez a un lado la frase de que “el segundo puesto es el primero de los perdedores”.
Sus tres segundos puestos y sus cinco terceros en los campos Elíseos han creado una leyenda alrededor del ciclista, que ha pasado a la historia como “El eterno segundón”. La mala suerte le jugó malas pasadas, y nunca pudo sentir en sus carnes la sensación de llevar el maillot amarillo de líder, tan característico del Tour. En el primer prólogo de la historia de la carrera francesa, tuvo el maillot en sus manos, pero apareció el vasco Errandonea en el último instante para robárselo in extremis.
A pesar de tanta desdicha en la ronda francesa, Poulidor es uno de los deportistas galos más populares, y su palmarés es envidiable, con 189 victorias, 7 de ellas en el Tour de Francia. Pero su mayor logro fue la Vuelta Ciclista a España de 1964, donde se quitó la espinita y subió a lo más alto del podio, donde deben estar los auténticos campeones, dejando por una vez a un lado la frase de que “el segundo puesto es el primero de los perdedores”.
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